La problemática del desarrollo es mucho más compleja en la actualidad. Los fracasos previos han suscitado la revisión de las recetas o modelos vigentes hasta hace poco. En los años 50 el desarrollo era equiparado a crecimiento económico y la discusión giraba más bien en torno al cómo crecer: a) hacia adentro vía sustitución de importaciones, b) hacia afuera vía exportaciones. En nuestro caso el crecimiento agroexportador terminó siendo excluyente, dependiente y vulnerable. La riqueza y las oportunidades se concentran y sobre todo en el campo persisten índices elevadísimos de subempleo y de pobreza.