Intentar resumir en pocas páginas una voluminosa investigación construida a lo largo de dos años es una tarea riesgosa y comprometedora. Por un lado, la autoría impide tratar el tema con esa distancia que permite la crítica; por el otro, se corre el riesgo de encasillar aún más, y por lo tanto banalizar, una realidad diversa y multifacética. No obstante, la ocasión es oportuna para compartir una experiencia de trabajo que intenta rescatar las estrategias de vidas de mujeres campesinas en 5 comunidades de Caaguazú, y esto con el propósito de incitar a la lectura no precisamente sustituirla.